Filomena

12/08/2008

Supe que era una despedida apenas entré al cuarto para darle un beso cuando todavía estaba acostada. Lloré su sufrimiento tanto como lo gritó y ahora me alivia su distancia. Durante toda esa noche intenté escuchar el silencio, no pedía más que unos minutos, pero cuando me tapaba los oídos más voces aparecían en la oscuridad y más fuerte se podían oir. No podía ignorarla y tampoco lo quise hacer, es sólo que me aturdía.

Al abrir su boca sin alcanzar a emitir sonido, ahí estaba yo, pendiente de ella, a su servicio, intentando dar todo lo que le debía.

Cuando el sol ya iluminaba la habitación ella me llamó, me acerqué y le pregunté que necesitaba. Me contestó preguntándome como me había ido en el viaje. Me quedé mudo unos segundos tratando de entender que ahora iba a tener una conversación. Y le respondí. Seguimos hablando hasta que me tuve que ir. La noté en paz cuando la despedí con un beso, y ahora sigue así.

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Astrología/Astronomía

Este listado se puede ver en la siguiente página de la AFIP: http://www.afip.gov.ar/genericos/categorizador/categorizadorAutonomo.asp

¡Hasta qué punto cayó la astrología! Digo, ¡la astronomía!

¿Existen los licenciados en astrología? Por lo menos no los hay con algún título oficial (quiero creer), y suponiendo que los haya, la AFIP podría colaborar para que metan presos a todos por estafadores. ¿No?

El último día.

A la mañana temprano cargamos todo en el micro. Más tarde volvimos a Yafo para esta vez si recorrer el shuck. Al mediodia subimos otra vez rumbo al aeropuerto y en el camino almorzamos y se bajaron los que se quedeban en Israel. 10 volvimos ese mismo día.

Por suerte, en el viaje de vuelta no hubo inconvenientes en ninguno de los aeropuertos.

Sacando conclusiones, puedo decir que este viaje fue una experiencia muy importante para mi. Conocí un país sumamente interesante, es casi un laboratorio perfecto de Relaciones Internacionales. Aprendí mucho, aunque es mucho más lo que puedo comprender a partir de ahora porque estuve en el lugar, conocí su gente e idiosincracia, sus paisajes, historia, problemáticas; asi como pude aprehender valores religiosos no sólo del judaísmo, que más allá que sea una persona distante de la religión, no significa que la desprecie sino que por el contrario, me parece fundamental si es que hacen a la unión como creo que lo puede hacer.

Tel Aviv

La primer actividad de hoy fue visitar el Museo de la Independencia, el lugar donde se declaró la independencia del Estado de Israel en 1948.

Al terminar fuimos a un salón de baile, nos quitamos las zapatillas y siguiendo los pasos de los instructores, nos descargamos un poco, resultó muy divertido.

Cuando salimos nos dirigimos a la plaza Yitzjak Rabin, ubicada en frente de la municipalidad de Tel Aviv. En ese lugar, en 1995 una gran multitud se congregó para celebrar un día por la paz, ya que por ese entonces se estaban llevando a cabo procesos de paz con varios países impulsados, entre otros, por el premio Nobel de la Paz, Isaac Rabin.

Al finalizar el evento, mientras bajaba por las escaleras de atrás del escenario, Isaac Rabin fue asesinado por un fanático judío.

La noticia fue un terremoto para los israelíes y de ahí la forma que toma el monumento construído en el mismo lugar para recordar ese día.

Paseamos por Yafo, una de las primeras ciudades de Medio Oriente donde conviven árabes y judíos. Ibamos a recorrer un shuck después de haber almorzado pero lo dejamos para mañana porque nos avisaron de una actividad voluntaria.

Esta actividad consistió en ir a un depósito de una ONG que se encarga de donar alimentos a escuelas y a familias pobres.

Cada uno de nosotros se encargó de poner el alimento que le tocó en cada caja. Controlamos que estuvieran todas completas y las llevamos a una escuela. Recorrimos el edificio entrando a cada aula y saludando a los chicos, y volvimos al hotel.

Cuando terminamos de cenar, el grupo se reunió y cada uno de nosotors pasó a decir lo que tuviera ganas como despedida del viaje para luego encender una vela que en conjunto formaban el número 577, el número del grupo.

Al terminar de hacer las valijas, fuimos a un boliche frente a la costa y nos quedamos hasta que varios cayeron dormidos.

Monumento Rabin

A las 3.30 ya estabamos despiertos porque a las 4 emprendimos el viaje hacia el Masada en donde vimos el amanecer.

Recomiendo este artículo: http://es.wikipedia.org/wiki/Masada

Descendimos por el «Camino de la Serpiente» que me pareció muchísimo más largo que la subida, del otro lado.

Desayunamos cerca de la base y nos dirigimos a una playa pública para meternos en el Mar Muerto, el punto más bajo del planeta. La cantidad de sal hace que flotes como si estuvieras haciendo la plancha. Y aunque es bueno para la piel, también por la cantidad de sal, no es recomendable estar más de 20 minutos ni meter el pelo en el agua. Y cuando salís, conviene ducharse.

Algo que nos llamó la atención a los argentinos, es que muchos de los baños públicos en Israel cobran su ingreso. Por ejemplo, los de la playa del Mar Muerto, costaban NIS 2. A veces son personas las que controlan la entrada, y otras, máquinas como las que hay en los colectivos.

Al mediodia llegamos a Tel Aviv. Comimos nuestra vianda y paseamos por una feria de artesanos. Paramos en el hotel Grand Beach Tel Aviv y a la tarde fuimos a la playa, sobre el Mediterráneo.

En Tel Aviv, como en otras ciudades de Israel es muy común poder observar sobre los techos de los edificios paneles solares que son utilizados principalmente para calentar agua.

Masada

 

Comenzamos el día visitando el Museo del Holocausto. La guía del museo nos repartió auriculares para que la pudiéramos escuchar bien y nos hizo una introducción antes de entrar. Ya que no se puede ni fotografiar ni filmar voy a describir un poco lo que me acuerdo. La primer sala muestra en una pantalla gigante un fotomontaje en el que se ve cómo era la vida de los judíos antes de la Shoah (Holocausto), todos en sus casas haciendo sus cosas, nada de otro mundo. El museo se organiza cronológicamente y no se puede ver una sala sin haber pasado por la anterior. La única excepción al orden cronológico es lo que vimos a continuación. Ua fotografía a cada lado de las paredes laterales del final de la Shoah, pilas de cuerpos desnudos y carbonizados. También hay objetos personales y documentos recuperados que pertenecían a algunas de esas personas. La idea, nos contaron, era que eso está a lo primero porque ya todos sabemos lo que pasó, no iba a sorprender a nadie. No es que una vez que llegas al final te ibas a enterar, puede que todo lo que esté de ahí en adelante no lo sepamos, pero que mataron a 6 millones de personas no es un dato nuevo.

Luego vino el ascenso del nazismo, la propaganda antijudía, el desarrollo de la guerra, los guetos y por último, los campos de concentración.

Todo el material con el que cuenta el museo es original, se pueden ver banderas nazis, ejemplares de libros que los nazis se llevaban de las casas y objetos que robaban, un juego parecido al Monopoly con un fuerte contenido antijudío, el cartel de una de las estaciones de tren por donde trasladaban a los judíos hacia los guetos, copias de las páginas en donde se llevaba un control acerca de cuántos judíos vivían en cada lugar, y muchísimos más que me permitieron de alguna manera, presenciar ese momento.

La visita termina en una sala en donde hay cientos de zapatos en el suelo, todos pertenecientes a víctimas del Holocausto, todos quemados. Puede que se parezcan a simple vista, pero mirándolos con atención nos damos cuenta que todos tienen distintos detalles, cada uno pertenecía a una persona distinta.

Por último ingresamos a un salón circular cuya pared tiene estanterías con miles de carpetas que contienen información sobre cada una de las víctimas que se han podido identificar, aún quedan espacios vacíos.

Al salir, entramos a una sinagoga en la que una sobreviviente de Auschwitz nos dio su testimonio, algo impagable.

Viajamos hacia el sur, a un asentamiento beduino en el medio del desierto, cercano a la ciudad de Arad. Anduve paseando en burro y en camello y nos recibieron con música, té y café del lugar. Cenamos carne de camello e hicimos una fogata en la que estuve hasta que me fui a dormir a la carpa beduina cerca de la 1.30.

Hoy a la mañana visitamos el sitio de una Menorá (el candelabro de siete brazos), que es el símbolo más antiguo del judaísmo, situado frente al parlamento (Kneset). A pocos metros se encuentra el Museo de Israel que está siendo reformado para ser reinagurado en el 2010, aunque algunos sectores que están habilitados los pudimos recorrer. Uno de esos lugares es donde está la maqueta que representa al Segundo Templo de Jerusalem. No todos los edificios que están en el modelo estaban en la realidad, pero es muy precisa con todos los detalles de las construcciones y hasta en los distintos niveles del terreno.

A continuación recorrimos el «santuario del Libro», un edificio blanco cuya cúpula tiene forma de merengue, que hospeda rollos de manuscritos antiguos, copias de manuscritos bíblios hechas antes del año 100 y que fueron descubiertas entre 1947 y 1979 en cuevas al noroeste del Mar Muerto.

Seguimos hacia el Cementerio Militar y visitamos las tumbas de los grandes líderes de la nación como Benjamin Herzl, Golda Meir y Yitzhak Rabin. También la de los soldados muertos en las distintas guerras cuyo único orden es el cronológico. Allí los soldados del grupo leyeron en voz alta cartas de soldados caídos que escribían a sus novias y amigos. Fue un momento muy emotivo.

A la tardecita nos dirigimos hacia el lugar del Mega Evento, en donde todos los grupos TAGLIT del mundo nos reunimos, unas 7000 personas. Además de Argentina, había de Estados Unidos, Brasil, Canadá y Francia. Antes de pasar al estadio, recorrimos una exposición con stands de universidades y dependencias gubernamentales que promocionan la inmigración. El evento comenzó con un espectáculo de fuegos artificiales, hubo un grupo de baile, una espectáculo en donde apareció un helicóptero en el escenario, habló el primer ministro Ehud Olmert (también invitándonos a ir a vivir al país) y siguió con música en hebreo.

Maqueta Jerusalem

Este día fue el más tranquilo que venimos teniendo. La mañana la tuvimos libre, yo dormí. A la tarde estuvo en el hotel un experto en Medio Oriente, especializado en grupos radicales, que nos dio una charla de 2 horas en la sala de conferencias, que fue muy interesante.

Cuando terminó nos reunimos porque los soldados del grupo habían preparado algunos juegos que hicimos en el garage del hotel.

Después subimos al micro y volvimos al Kotel para vivir allí el fin del Shabbat.

Kotel de noche

Viajamos a la ciudad antigua de Jerusalem para visitar el Kotel (Muro de los lamentos). Siete soldados se incorporaron a nuestro grupo para estar los próximos 5 días compartiendo las actividades y conocer lo que hacen. A pesar de que no todos hablan bien español, nos podemos entender bien porque alguna relación con el idioma tienen, ya sea porque vinieron de Argentina o porque tienen familiares en algún país de habla hispana.

Para llegar a ver el Kotel por primera vez, nos hicieron cerrar los ojos y ponernos uno atrás de otro tomando el hombro derecho de la persona que iba adelante con la mano. Empezamos a caminar sin ver, sólo guiándonos por los pasos de la otra persona. Subimos y bajamos escaleras y caminamos hasta que nos sentamos en el suelo. Cuando pudimos abrir los ojos, nos encontrabamos en un mirador desde donde se veía en frente nuestro el Kotel.

Lo observamos y tomamos fotos y bajamos. Pasamos un control de seguridad y nos dirigimos hacia el muro. Fue una experiencia muy linda y emocionante. No tenía nada de diferente a como lo solía ver en fotos, pero estar en el lugar es muy distinto. Muchos pusieron sus deseos escritos entre las piedras, nos sacamos fotos y después de un rato allí, nos reunimos todos (porque el muro está dividido en dos partes separadas, una para hombres y la otra para mujeres) y fuimos hacia el Parque Arqueológico, a pocos metros del lugar.

Tuvimos una explicación sobre el lugar y su historia mientras veíamos en una pantalla la ciudad antigua de forma virtual para cuando lo recorrieramos después, pudiésemos comprender en dónde estabamos parados.

Almorzamos a la salida del museo y seguimos hacia un shuk (mercado) para no sólo comprar sino también ver como eran los preparativos para el Shabbat en Jerusalem.

Había mucha gente y los vendedores se la pasaban gritando sus ofertas. A esa hora, después del mediodia, como queda poco tiempo para que comience el Shabbat, los precios empiezan a bajar para que los vendedores se puedan sacar de encima aquellos productos que tienen que vender y es por eso que todavía concurre más gente al shuk.

Llegamos al hotel ya en Shabbat por lo que hasta el otro día a la tarde no íbamos a seguir viajando (por suerte).

Las mujeres encendieron las velas en el lobby del hotel y luego fuimos a caminar unas cuadras para ver cómo la gente vivía ese día. Entramos en un salón donde cantamos las canciones típicas y al regresar pudimos descansar.

Muro de los Lamentos

Hoy hicimos una recorrida por el kibutz. Actualmente éste como todos los demás kibutz son empresas privadas que no tienen mucho que ver con lo que solían ser en un principio. Antes funcionaban como un sistema comunista, todos tenían asignadas distintas tareas y no existían jerarquías ni diferencias. Esa forma comenzó a dasaparecer cuando sus deudas se volvieron inmanejables y pasaron a ser empresas con empleados que hacen las mismas actividades de antes y clientes que pasan el tiempo allí para hospedarse. Todos los kibutz de la región cuentan con refugios para protegerse ante eventuales ataques durante una guerra. El espacio de recreación para los niños no tiene juguetes sino que se entretienen con electrodomésticos que dejaron de funcionar.

Después comenzamos el camino hacia Jerusalem paralelo al río Jordan y muy cercano a la frontera con Jordania. A los costados de la ruta se pueden ver plantaciones de sandía y otros frutos, muchas veces en invernaderos para posibilitar su rápida producción en cualquier época de año.

Son los beduinos quienes se encargan de controlar la frontera para el ejército de Israel porque se los considera expertos en la búsqueda de huellas de posibles ingresantes ilegales en este tipo de terreno.

Cruzamos la «Línea Verde» donde comienza la denominada Cisjordania y después de 90 Km llegamos a Jerusalem.

La primera visita que hicimos fue la Universidad Hebrea de Jerusalem en donde un guía nos contó su historia y nos orientó acerca de como teníamos que hacer para estudiar allí si queríamos. Antes de almorzar, nos sacamos la foto grupal en un mirados ubicado en un edificio de la universidad, la que hacia el final del viaje nos van a dar.

Luego fuimos a caminar por una peatonal, en la que además de aprovechar para comprar cosas, tuvimos que entrevistar a soldados sobre su actividad y su vida personal. Es muy común en las calles ver colectivos largos que se doblan cuando giran. En Buenos Aires recién este año comenzó a funcionar la primera línea de este tipo.

A la tarde nos acomodamos en el hotel Shalom Jerusalem y desde la ventana de mi habitación se podía ver un casamiento judío que transcurrió en el patio del mismo hotel.

A la noche, ya bastante cansados, fuimos a un boliche israelí por primera vez.

Jerusalem